miércoles, 13 de marzo de 2013

Desvaríos


     Crear, nacer, vivir...

     No me cerraré al tópico de que no podría hacer otra cosa en la vida. No. Podría hacer muchas cosas, pero creo que ninguna me haría temblar tanto de miedo ni me haría disfrutar tanto a la vez. 

     Buscar en el interior de un ser desconocido que harás tuyo. La desesperación que hace a tu puño empotrarse contra un mueble en expresión de la rabia interior que tienes contra ti mismo. Dolor. Y esas lágrimas de impotencia que no llegan a aflorar. Llegar al vacío para llenarlo de colores. Encontrar la senda de tus pisadas. Creación.

     Notar que tus impulsos acompañan al personaje que empieza a cobrar forma. Indagar en el motivo de cada movimiento, cada sensación, cada expresión. Observar. El momento mágico de una reacción que sorprende hasta a uno mismo. Mirar al compañero y ver su complicidad, la emoción que emana de su mirada a la tuya. Nacimiento.

     Sentir la mano en el hombro. Caliente, como latido de corazón. El consejo esperanzador. La comprensión a una disculpa, y las palabras de aliento. Apoyo. El "sé que puedes, confío en ti" del compañero. La chispa de momentos fugaces. El silencio y la expectación. Vida.

     ACTOR.



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