Ha vuelto a pasar.
sábado, 4 de marzo de 2023
Un personaje me ha robado el alma.
viernes, 13 de mayo de 2022
Ya no estamos para competir.
miércoles, 29 de diciembre de 2021
En ocasiones descubro personas
Hay veces que captas algo difícil de describir en ciertos seres humanos. Y, con el tiempo, te vas dando cuenta de que delante tienes alguien a quien comprendes perfectamente, mucho más allá de su personaje o su rol público.
Así me pasó con Ángel Martín.
Mi risa se hizo amiga de su humor, y yo me hice adicto a su retranca en «Sé lo que hicísteis». Quizá porque sentía que debajo de los gags y su forma de administrarlos había una sensibilidad fuera de la norma y cercana para mí. A través del tubo catódico (y luego el plasma) captaba algo más que el show televisivo.
Luego tuve la suerte de trabajar con él, mano a mano, y comprobé qué es lo que ocurría. Nos reíamos igual, nos quedábamos serios igual, nos llegábamos a ilusionar igual. Yo le admiraba y sentía que él también me daba su parte de admiración.
Después me contó sus ganas de hacer teatro hasta el punto de desplazarse (para mi sorpresa) para verme actuar en una ciudad al sur de Madrid. Intercambiamos opiniones de lo maravilloso que resultaba un escenario con los espectadores respirando al ritmo que tu les marcabas. De lo que quemaba la televisión y lo que apetecía estar cara a cara con el público. Por eso me sentí muy feliz cuando lo vi, al poco tiempo, en el teatro con el musical «Nunca es tarde». Brillaba y me llenaba de gozo el verle allí arriba.
También colaboré en alguno de sus programas de televisión y de radio. Y siempre tenía la tranquilidad de que su complicidad me colocaría en el lugar más generoso. No somos amigos, pero creo que hablamos el mismo lenguaje.
Por eso, cuando he encontrado su libro, no me ha sorprendido lo que cuenta en él. Esa locura solo está reservada a los genios. Le entiendo, y algo me dice que lo que le ha pasado yo ya lo sabía. Es esa conexión que no se puede explicar.
Por eso, creo que descubrí al Ángel Martín auténtico hace bastantes años. Y me declaro admirador del artista, pero más de la persona.
martes, 28 de diciembre de 2021
Cuánto duele la vida
Mientras el coro de grillos aserra el ocaso para aplastar el silencio, camino entre la maleza de un olvido recordado. ¿O es un recuerdo olvidado?
Pocas palabras quedan ya en el zurrón de vagabundo del asfalto. Una sonrisa fugaz y marchita se ha aposentado en mi cara, ocultando pudorosa un rostro de niño envejecido.
Veo el mundo pasar, feliz de su infelicidad, encantado de su
desencanto. Saetas de dientes afilados y ojos que se deshojan, se han clavado
en las almas colgadas de los árboles.
Sólo queda la noche, rodeada de estrellas fugaces, con las
manos forradas de guantes de oro repujado, en brazos que se empeñan en
convertir las caricias en zarpazos bienquistos.
Y una canción parece observar lejana, entre las sábanas
negras del cielo; allá, donde el sonido parece olvidar su velocidad y se
enmaraña entre las hebras desenhebradas de las nubes.
viernes, 8 de enero de 2021
Esos momentos íntimos.
Interpretar es emocionarse, abrir el corazón y romperte en pedazos para los demás.
Por eso hoy me he emocionado en la intimidad de una sala de doblaje al ver a un compañero cómo soltaba su angustia sin poder contener sus lágrimas mientras decía "con lo hermoso que es esto, ¿por qué hay gente que lo prostituye? Hoy sí, hoy me voy lleno, porque me siento actor de verdad". Ha costado seguir, pero después de tragarnos la rabia, hemos vuelto a meternos en nuestros personajes.
domingo, 16 de agosto de 2020
Una vez te soñé, vida.
Una vez te soñé, vida.
Tenías los ojos azules de mar
y las manos de hojas de otoño.
Sonreías con picardía
desde la esquina de un callejón,
con la morbosidad de quien se sabe ansiada.
Parecías llamarme con tus dedos
adornados de perlas y flores.
Fui a ti
y me encontré con la luz de un farol en la noche,
con sus rayos cayendo en ducha fría.
No se veía nada más allá
del círculo formado bajo aquel fulgor amarillo.
Desperté y te perseguí, vida,
mientras esparcías olor a jazmín
que se esfumaba a tu paso.
De vez en cuando volvías la cara
y me mirabas insinuante.
Mis labios querían hablarte,
pero las palabras se quedaban
pegadas al esternón,
sujetando un corazón
que nadaba en lágrimas allí dentro.
Te esperé y pasaste de largo.
Corrí tras de ti y apurabas el paso.
Tu estela balanceó mi barca
a punto del naufragio.
Pero aguanté y, aunque alguna vez caí,
conseguí no ahogarme.
Y ahora te veo, bailando a mi alrededor,
con tus velos de seda brillante
y tus manos extendidas,
en esa danza esquiva que acaricia sin tocar.
¡Cuánto te he echado de menos, vida!
domingo, 3 de mayo de 2020
No me soporto
cuando me meto en las conversaciones de otros para demostrar que soy más inteligente que ellos.
No me soporto
cuando acepto un regalo de quien abusa de mí laboralmente.
No me soporto
cuando solo me preocupa sumar un extra a unos buenos ingresos, sin pensar que eso podría hacerle falta a otro compañero .
No me soporto
cuando menosprecio a alguien porque considero que no tiene mi nivel cultural.
No me soporto
cuando solo contesto a un saludo después de asegurarme de quién es el que ha saludado.
No me soporto
cuando ridiculizo a otra persona menos versada que yo en alguna materia.
No me soporto
cuando desprecio a alguien porque su estilo no es refinado y elegante.
No me soporto
cuando selecciono a las personas que me pueden reportar beneficios.
No me soporto
cuando reparto trabajos pensando en que me puedan devolver el favor.
No me soporto
cuando hago favores calculando la contrapartida.
No me soporto
cuando me hablan abierta y sinceramente y contesto con falsedades.
No me soporto
cuando veo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
No me soporto
cuando odio al que triunfa más que yo.
No me soporto
cuando miro hacia otro lado si la injusticia no me afecta directamente.
No me soporto
cuando rechazo todo lo que no tiene que ver con mi círculo social.
No me soporto
cuando olvido las reivindicaciones al olor de un caramelo.
No me soporto
cuando me equivoco y luego se me olvida la palabra perdón.
Por eso me llevo tan bien conmigo.
lunes, 17 de junio de 2019
El reencuentro de una despedida
besamos nuestros anhelos,
domingo, 8 de abril de 2018
Sin venir a cuento
domingo, 14 de mayo de 2017
El lento paso del funambulista
miércoles, 22 de marzo de 2017
Enlazados
Amores vitales
Amores virales
Amores inanes
Amores imanes
Amores desprendidos
Amores destino
Amores de lumbre
Amores apacibles
Amores convencidos
Amores inciertos
Amores aciertos
Amores fructuosos
Amores estériles
domingo, 27 de noviembre de 2016
La vida es ir pasando
Tejiendo cada momento, disfrutando cada instante y tratando de comprender, a veces, lo incomprensible.
Cada zancada es importante, cada semilla es la oportunidad de una hermosa planta. Aunque, en ocasiones, algunas semillas no germinen. Pero no dejar de sembrar, no dejar de cuidar la tierra. Porque es fácil que un brote se malogre, pero el agricultor cuenta con ello y planta suficientes semillas para que siempre queden matas que sobrevivan.
Y mantenerse en el lugar que tantos esfuerzos te ha costado, sin rendirse, sin olvidar seguir aprendiendo cada día, de cada sabor que nos da la vida.
No acostumbrarse, no dormirse en el logro, disfrutando de cada nuevo reto, por difícil que parezca. Y aguantar ahí arriba, sujetando bien las bridas para evitar la caída.
Y caminar por senderos, avenidas, alfombras y pedregales sin perder el equilibrio. Sabiendo que tus pies no dudarán en el siguiente paso, a pesar de las heridas y el frío.
La vida es ir pasando.
domingo, 8 de mayo de 2016
El chico que acunaba a los grillos
sábado, 6 de febrero de 2016
Poco a poco
domingo, 13 de diciembre de 2015
Corazón ciego
Poco a poco la mañana introdujo sus dedos de rayos de sol a través de las copas de los árboles hasta crear una cristalina brillantez en cada rincón. Despertó. Sus ojos se abrieron y sólo pudo sentir una espesa claridad, pero ninguna forma reconocible. Los estridentes colores se habían convertido en nubes grises que poco alteraban su serenidad. Una emoción contenida se instaló en su cuerpo.
Caminó despacio y seguro por el sendero que tantas veces había recorrido, pero no lograba percibir ninguna de las imágenes que antes había conocido. No titubeó, se conocía bien la senda. Escuchó el canto de los pájaros, sintió el roce del viento y la tibieza del sol, ajeno a la mirada de todos y a la suya propia.
Y sonrió.
Nada podía enturbiar aquella paz, aún sabiendo que era su corazón el que se había quedado ciego.
sábado, 14 de noviembre de 2015
Yo sí rezo por París
Yo creo en Dios, pero en un Dios que representa lo contrario a las barbaries. Para mí, Dios es como decir Amor. Y en eso se basan mis rezos, mis credos.
Esta mañana, al salir de clase (mi escuela está a unos metros del Ministerio de Asuntos Exteriores) me he encontrado por la calle con muchos musulmanes y musulmanas. Me ha dado un punto de esperanza ver cómo nos cedíamos el paso, no nos mirábamos raro y, quizá con el pensamiento en los terribles momentos que pasamos, me ha parecido intuir en nuestras miradas un sentimiento de hermanos.
domingo, 6 de septiembre de 2015
Eres actor, pero... ¿en qué trabajas?
martes, 1 de septiembre de 2015
Rayo, el caballo bayo
Entonces, yo sujeto las riendas y le digo, sereno: